El proceso de compra suele ir íntimamente ligado a un proceso emocional, buscamos una casa que nos enamore, una casa en la que nos podamos ver a nosotros mismos viviendo.
Algo tan sencillo como eliminar los objetos personales y dejar sólamente objetos decorativos, hace que el espacio se vea completamente diferente, parece más grande y hasta se ve más limpio.
Lo cierto es que muy poca gente consigue visualizar cómo podría verse una casa amueblada cuando aún no lo está.
Crear estancias y rincones con mobiliario real, da una sensación de hogar que definitivamente ayuda y acelera el proceso de venta de una vivienda.
En estacias con una escala cromática "difícil" lo mejor es incorporar tonos blancos para rebajar la intensidad y madera que aporta calidez.
Las plantas también son siempre una buena opción en su tamaño adecuado según la estancia y su ubucación.
En espacios pequeños y oscuros, de nuevo tonos blancos y madera van a ser el mejor aliado.
En los cuartos de baño, añadir toallas y accesorios de baño dispuestos de la misma forma que en hoteles, da un toque extra de elegancia.
Para hacer que un dormitorio destaque, no necesitas mucho más que una cama con muchas texturas, colores y almohadas, y algún elemento grande en el cabero.
Por supuesto siempre colores neutros y dentro de la misma gama cromática.
Si por el contrario nos encontramos con estancias demasiado monótonas por la gamas de colores, hay que intentar romperlo con colores más oscuros, pero intentando que sean cálidos, o que en conjunto no quede una estancia fría o poco acogedora.